Kosta Trail 2017


  Después de un tiempo sin acontecer nada sumamente interesante como para hacer una publicación estoy de vuelta por estos lares, aunque no me echaseis de menos.
 A finales del mes de febrero tomé parte en el Trail Ecoparque GP de Isla http://borch2wheels.blogspot.com/2017/03/trail-ecoparque-2017.html y vi que era una disciplina entretenida y a finales de abril participé en la media maratón del bulevar aquí en Burgos y me di cuenta que las carreras de distancia homologada son una permanente lucha contra el cronómetro, por lo que decidí apartarme un poco de este tipo de carreras con distancia homologada y desviarme más hacia la naturaleza. Para celebración de esa prueba ya me había apuntado a la Kosta Trail, ya que tengo familia en la localidad  y así aprovechaba el viaje. Como algo de preparación para esta, hice la media maratón de montaña Hontoria de Pinar, pero me pareció demasiado blanda en cuanto a desnivel.
   Llegado el fin de semana de la cita fui el viernes para aprovechar más el tiempo con la familia y amigos, incluso me dio tiempo a otro baño en el Cantábrico ya que el tiempo acompañaba.
   El domingo de la carrera me levante con tiempo para desayunar y salir con la digestión hecha, me di un baño de crema en las partes expuestas al sol ya que Lorenzo también se había apuntado a la cita y me equipé con todo lo preparado el día anterior. Media hora antes de la salida ya me acerqué hacia la plaza del ayuntamiento con la intención de calentar y no salir muy atrás en el grupo.
Foto Sopela Turismo
  Dada la salida como en todas las carreras el pelotón se estira y cada uno con el que cree que será su ritmo se van formando grupos. Hasta el primer avituallamiento el camino no es muy estrecho y ya nos damos cuenta que el calor va a ser otro factor a tener en cuenta durante la carrera, era pronto y empezaba a calentar. En este primero cojo una botella para beber y refrescarme, ya estamos rumbo a los acantilados y sus senderos en gran parte los conozco, al igual que sé que en un rato no vamos a catar sombra. Siguiendo esos senderos y casi en Sopelmar llegamos al segundo avituallamiento donde repito lo del primero hidratar y refrescar, cosa que repetiría en todos los avituallamientos, al igual que ingiero unos frutos secos. Asimilando lo ingerido camino un poco y en una subida hay un cámara de carrera que se pone a seguirme para tomar un plano, a lo que para no decepcionarle me tuve que poner a correr. Una vez pasado ese repecho noto que entre el primer y segundo dedo del pie derecho se me hasta haciendo una rozadura y/o ampolla ¿y por qué? por lo que no hay que hacer en carrera, INOVAR, suelo ponerme esparadrapo cubriendo tercer y cuarto dedo, pero por primera vez lo puse en el segundo, error garrafal. Se comenzaba a bajar a la primera playa, pero me daba pereza parar a quitar el esparadrapo, nada más cruzar la playa había una furgoneta parada a la sombra, allí fui, me quite zapatilla y calcetín momentáneamente y tiré el esparadrapo. Ahí comenzaba un poco caos con la marcha corta ya que nos juntaban por unos pocos metros, conociendo una fuente aproveché a refrescarme y seguir. Una vez en el parking me acerqué al borde ya que en el plano figuraba que debíamos bajar a La Salvaje pero los marchantes no y en un punto un voluntario me indicó la bajada, pero hubo corredores delante de mí que no bajaron a la playa ya que iban siguiendo a los marchantes, la arena de esa playa como siempre blandísima y se hundía mucho al pisar, lo que castigaba más. Una vez cruzada a subir por el sendero conocido y a coger el paseo hasta el cruce de la siguiente playa donde nos desviábamos hacia otro avituallamiento y a él llegaba gente por el mismo sitio que yo y desde otro sitio más, la mayoría eran de la de 20 pero también alguno de la de 30 así que serían de los que no bajaron a la playa.
Foto Kosta Trail
En este pido un pañuelo a los voluntarios para secar y limpiar las gafas, entre sudar y refrescarme estaban llenos de agua los cristales y las llevaba quitadas. Desde ahí un camino con leves sube y baja, bajo la sombra de árboles hasta dar a una carretera unos metros, ya que a su fin tomaríamos un camino hasta Ugueraga, donde según el perfil empezaba lo que pensaba que era duro, pero fue durísimo. Justo antes de comenzar a subir otro avituallamiento, comienza la subida cruzando un pequeño arroyo y los primeros metros con mucha pendiente están húmedos y con el paso de los corredores cada vez patinan más, una vez superado ese tramo seguimos subiendo por senderos entre eucaliptos y helechos, con voluntarios en la mayoría de cruces dudosos, estos insisten que sigamos las marcas de las cintas. Siguiendo con la subida me descuelgo de un grupo y al llegar a un cruce veo cinta cruzando el camino de frente, veo fugazmente que el de delante gira a la izquierda, hacia abajo hay un sendero, pero hacia arriba un paso entre helechos donde hay cintas, le pego una voz pero creo que iba lanzado, así que no sé dónde acabaría. Terminando esa primera dura subida el cielo se cubre pero sigue habiendo mucho bochorno, en la cima ya estamos en la zona que la organización había avisado que había tala de árboles. Tras una poco de bajada llegamos a una bifurcación, los de 30 vamos hacia el cementerio de Berango por una bajada de la que casi no te enteras, una vez allí otro avituallamiento y volver a subir otra vez andando, porque las subidas si las sienten las piernas, una vez hecho cumbre otra vez un descenso que si se aprecia hasta la bifurcación anterior donde nos unimos de nuevo a la de 20 y comenzamos a subir otro buen repecho de nuevo, al final de este de nuevo bifurcación, los de 30 a la derecha, a partir de ahí perdí la cuenta de subidas y bajadas por senderos o caminos destrozados por las marcas de las orugas de las máquinas de trabajo. Ese tramo hasta el siguiente avituallamiento se me hizo eterno, los gemelos hacían amago de subirse, sino en las bajadas se cargaban los cuádriceps, mi cabeza estaba saturada y cada vez veía peor donde iba a pisar... Junto al avituallamiento había el punto de control de carrera, pero con tantos desvíos previos entre las 2 carreras y sin control de paso en cada desvío a saber si alguien atajó. Nada más pasar este punto había una bajada no muy pendiente y no se con qué pero tropecé y me fui al suelo, producto de la saturación mental y visual, con un pequeño rozón en la rodilla me levanté rápidamente y continué. Sigo dispuesto a seguir corriendo, al poco amaga con subir un gemelo y el cuádriceps contrario bajo el ritmo, ando y por fin me acuerdo que llevo gominolas. Empiezo a tomar alguna. Tras un cacho de bajada otra dura subida, la última ya me faltaban fuerzas físicas y mentales. Me senté un par de veces un poco, bajaba pulsaciones rápido pero me costaba hasta subir andando. Este tramo fue el peor personalmente, se me pasaron mil cosas por la cabeza y no era por la impotencia de verme superado por varios corredores eran las ganas de querer dar más de lo que podía, una vez ya llegado a la cima se oía algo la megafonía de meta, lo que da una bocanada de aliento. Empezamos a bajar por un camino no muy tendido en el que a ratos las piernas siguen amagando con hacer huelga pero combinando carrera con andar lo vuelvo a evitar.
Foto Sopela Turismo
  Cuando comienza la bajada con pendiente es la unión con los de 20 kilómetros. Esa bajada pasa volando y llegamos a Ugueraga de nuevo, pero a la otra zona, a la de su polideportivo donde el viernes cené una barbacoa. De allí a meta todo lo conozco. Pillo la fuente y vuelvo a refrescarme, sigo trotando, llego al pueblo y sé que salvo los 300 últimos metros el resto es todo subida. A la altura de las piscinas está esperándome madre, la había hecho una estimación de tiempo, me estaba excediendo y aunque no era exagerado, se estaba empezando a poner nerviosa, me pega una voz y mantengo el ritmo, llegó donde ella la doy un beso y sigo hasta meta, donde llego con un tiempo muy similiar al de mi única maratón, 3:14:15. En meta tengo más familiares, los saludo y me descalzo tengo los pies destrozados.
  Llega mi madre de nuevo, tiene las chancletas en la mochila que la había dejado preparada. Con ellas puestas voy a una fuente y me mojo las piernas con agua fría, más que para lavarme para relajar el músculo, la playa y el mar están a un cacho y no estoy para ir a ella. Después de dudar si ponerme o no a la cola lo hice, y esperé para que me dieran un masaje, que algo bien vendría para los días posteriores.

  Conclusión, una experiencia más, desde mi punto de vista más dura que una maratón y en la que repetí el error de esta dosificando mal.  Viendo lo duro que es para el cuerpo el día siguiente si existe una próxima vez y dudo entre 2 pruebas una en sábado y otra en domingo, haré la del sábado así el domingo se descansa y afecta menos en el trabajo.
  Aspectos que vi a corregir en la prueba como que en los masaje incluso vi a gente de las marchas ponerse, que las clasificaciones se hayan publicado casi 2 días después y  hoy en día con los medios que hay me parece increíble. Y la falta de respeto hacia los corredores que siguen en carrera con meta abierta ponerse a hacer la entrega de trofeos y premios. Esta no debería ser hasta que meta no se haya cerrado.

Si no te atreves a comentar la entrada la puedes valorar de 1 a 4 justo debajo. Siendo 1 muy malo y 4 muy bueno. Gracias.
 

Comentarios