Llevo un tiempo queriendo escribir algo,
deseando pasearme por aquí, pero no os imagináis lo que me ha costado encontrar
un tema. No me parecía propio, ni de recibo colgar fotos y escribir sobre
alguna cosilla que hice en 2019 ya que queda lejos. Tampoco me apetecía citar
retos u objetivos para este año ya que me parecería egoísta dentro de la que
estamos metidos ahora mismo con el coronavirus, como si no hubiera cosas más
importantes... No voy a decir de este agua no beberé, pero nunca he sido muy
partidario de mojarme en temas políticos, así que esta vez tampoco iba a
ser la ocasión.
Llevamos 3 semanas en casa sitiados saliendo a la calle lo imprescindible y en principio acabará el 26 de abril. ¿Ya sabéis que va a ser lo primero qué hagáis cuando se pueda salir a la calle? Espero que por lo que empezeis sea por algo que os GUSTA o algo de lo que tenéis ganas, dentro de lo que cabe esa sería una buena señal.
¿Alguna vez habéis escuchado eso de aprendiz de mucho maestro de nada? Pues yo
soy uno de los ejemplos. Siempre me ha gustado practicar deporte y he llegado a
hacer desde judo a correr, pasando por natación, fútbol sala, motocross o
gimnasio entre otros. Algunos de estos fueron en la etapa escolar. Eso sí,
nunca he destacado en ninguno.
Como mi mejor segmento fue la carrera a pie el siguiente reto que me
pondría fue hacer una media maratón. Era 2013 y ese año volvía a participar en
carreras de motocross. A finales de mayo tuve una caída en carrera y me rompí
el escafoides y como los primeros días tenía molestias empecé a preparar un
medio maratón a finales de junio, mí tiempo en meta fue de 1:34:40 y eso que el
día previo también me di algo de paliza pero las sensaciones nunca fueron
malas.
Seguía con molestias en la muñeca pero activo con spinning, la bicicleta no me terminaba de convencer, pero ese año se celebraba a finales de julio lo que fue el último BTT Portillo del Infierno, en Villadiego, así que a por él. El último tercio o cuarto de la carrera se me hizo un poco largo, pero igual lo hice mejor de lo que esperaba, eso sí, como premio al día siguiente me detectaron por fin la fractura de escafoides, adiós verano (deportivo).
Seguía con molestias en la muñeca pero activo con spinning, la bicicleta no me terminaba de convencer, pero ese año se celebraba a finales de julio lo que fue el último BTT Portillo del Infierno, en Villadiego, así que a por él. El último tercio o cuarto de la carrera se me hizo un poco largo, pero igual lo hice mejor de lo que esperaba, eso sí, como premio al día siguiente me detectaron por fin la fractura de escafoides, adiós verano (deportivo).
Para el siguiente reto en 2014, encontré la compañía de Yiyo y Julio y
cambiando la natación por correr, nos apuntamos a un duatlón. Este era
modalidad cross y en el segmento de bici lo pasé francamente mal (las 2 ruedas
con tacos que lleven motor por favor), pero corriendo me encontraba cómodo,
aunque la gran compañía ahogó cualquier pega o traba durante la prueba. Para
ese año ya había cubierto los retos, a pesar de seguir corriendo y haciendo
gimnasio, y más cuando en octubre llegó la odisea en forma de primera fractura
de húmero que me llevaría una larga temporada y la despedida de las carreras de
motocross.
A finales de 2015 volviendo a ejercitarme sin prisa y sin casi preparación como hombres de palabra que somos con Julio, acompañamos a Simón en su reto de ir de Burgos a Villadiego corriendo, 40 km (Simón venía de Logroño en bici). Con compañía hay cosas que se hacen más fácil.
El primer reto de 2016 me costó más, con unos
amigos aparte de correr había que estar fuerte, y yo venía de mi batalla con el
húmero pero nos apuntamos a una Farinato en Santovenia de Pisuerga. La carrera
lo esperado, pero lo peor fue la ducha en la calle en febrero, ni que decir
queda que sin agua caliente... Pasado esto me propuse bajar de 1h 30min en una
media maratón, a final de abril, lo logré a la primera con más de 3 minutos de margen así
que me permití el lujo de tropezar con la misma piedra de la bici en 2 duatlones,
el primero de carretera y ahí fue mi mejor experiencia hasta la fecha pese a no
haber entrenado nada en bicicleta, pero la semana siguiente en Sasamón… la
lluvia junto con un terreno arcilloso hizo que se tuviera que detener la
carrera porque las bicicletas se atascaban, así que otra “experiencia” para
recordar los malditos duatlón cross. Habría que dejar las ruedas colgadas
durante una buena época, la meteorología para correr influye menos. Con la
manta liada a la cabeza por acompañar a Simón el año anterior y dándome cuenta
que lo que mejor se me daba era la resistencia me apunté a mi primera maratón y
pese a que pequé de novato ese poco menos de 3h 15min me supo bien así que ya
tenía en la mente un nuevo objetivo otra vez superar un crono.
En 2019 empecé el año con la intención de
divertirme con un duatlón de carretera, y aunque recogí la bicicleta prestada
el día de la carrera y que ese sector se me acabó haciendo un poco largo, lo
pasé bien, porque a veces cuando en tu mente prima un objetivo se producen
decepciones. Una vez pasado este me centré en correr y así llegaron mis mejores
tiempos en carrera bajando de 1h 19 min en la media y de 2h 58min en la
maratón. Fue un año con mucho tiempo invertido corriendo, con casi 3000 km,
algunos días con más sacrificio que otros pero todos dejaron su huella.
Para este 2020 habia nuevos retos que han queado aparcados pero seguimos haciendo ejercicio aunque echo en falta un rato de carrera. No
consigo saber porque me ha dado por correr. Normalmente lo hago sin compañía,
ni música, pero me ayuda a evadirme de la vida personal, batallar contra los
malos pensamientos. Es como un mantra repetitivo que me permite autoconectarme
como si solo existiera el latido del corazón y mi respiración. Es una cosa que ahora mismo me gusta. Los gustos durante la vida cambian pero de momento correr me gusta no se cuanto durará.
No se que será lo primero que haga cuando se pueda salir pero hasta entonces #yomequedoencasa
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