Después de un largo tiempo y ahora que parece que volvemos a retomar las rutinas de antes de la crisis que ha arrasado el mundo, regreso por aquí y espero no tardar tanto en volver, pero no prometo nada. También he de decir que no será porque este año no volví a hacer actividades diferentes como parapente o probé otras nuevas como el paddle surf o la escalada, tanto en roca como rocódromo, pero no me dio el chispazo.
Hace 6 años con la aventura de Simón #doscatedralesyunpocomas https://borch2wheels.blogspot.com/2015/11/doscatedralesyunpocomas.html nació la amistad con David, y después de que me visitase a principios de septiembre y me invitase a ir a correr, preparé lo que ha sido un fin de semana de turismo y deporte por La Rioja.
Tras unas últimas semanas complicadas para encontrar tiempo y fuerzas para entrenar por viajes de trabajo, más a parte de no saber hacer entrenamientos de calidad o series ya que tengo una cabeza privilegiada a la hora de negarse, me iba a presentar en la línea de salida el domingo a las 9 de la mañana para un 10K.
Desde mediados de semana la meteorología ya anunciaba lluvia así que fui engañando a mi cabeza diciéndola que mis 3 últimas carreras con lluvia, que fueron medias, no habían salido mal.
El sábado aparte de tomar pinchos por la calle Laurel, reconocí parte del recorrido y había alguna zona de la que sospeche dureza para un 10.000 RFEA.
La previsión no falló y junto a mi en la línea de salida estaba la lluvia. Empezamos con mascarilla, que supuestamente habría que llevar el primer kilómetro, pero al ver a gente sin ella en los primeros metros la bajé. No mire el reloj para nada y me dejé llevar por las sensaciones intentado unirme a algún grupo para no ir solo.
Al llegar al puente de piedra, fuimos al primer grupo que mandaron por debajo, cuando veíamos que a los grupos de delante los habían indicado por la derecha y parte superior. Al salir de ahí comenzaba dureza con alguna rampa y el primer paso por la zona céntrica. Poco antes del complejo de Adarraga sobre el kilómetro 5,5 me descolgué del grupo ya sabía la que tocaba, remar contra la cabeza había empezado muy fuerte, solo iba a mirar el reloj para hacer la resta de distancia hasta meta, que le diesen al ritmo. Al volver a cruzar el Ebro otra vez un falso llano que parecía no acabar y que así era ya que girabas a la derecha y daba la sensación de que aún no era llano o algo bajada hasta un cacho más adelante.
De regreso al casco histórico ahí sí bajada pequeña que más adelante habría que recuperar el desnivel y aumentarlo a unos 800 m de meta junto al Espolón.
Foto de Carlota Pujades |
Al llegar al puente de piedra, fuimos al primer grupo que mandaron por debajo, cuando veíamos que a los grupos de delante los habían indicado por la derecha y parte superior. Al salir de ahí comenzaba dureza con alguna rampa y el primer paso por la zona céntrica. Poco antes del complejo de Adarraga sobre el kilómetro 5,5 me descolgué del grupo ya sabía la que tocaba, remar contra la cabeza había empezado muy fuerte, solo iba a mirar el reloj para hacer la resta de distancia hasta meta, que le diesen al ritmo. Al volver a cruzar el Ebro otra vez un falso llano que parecía no acabar y que así era ya que girabas a la derecha y daba la sensación de que aún no era llano o algo bajada hasta un cacho más adelante.
Foto de David Cámara |
De regreso al casco histórico ahí sí bajada pequeña que más adelante habría que recuperar el desnivel y aumentarlo a unos 800 m de meta junto al Espolón.
El crono 37:35, quería rondar los 38, después de más de año y medio sin dorsal y para la dureza del circuito la sensación positiva, no estoy en el mejor momento pero tampoco en el peor. El resultado no es exigible, lo EXIGIBLE es el ESFUERZO.
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